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-¡DiosSanto, DiosSanto, DiosSanto! -diosEsa, ya está bien de monsergas. ¡Déjame en paz aunque sólo sea por una eternidad en tu vida! -No, Dios, que esta vez no va Contigo; que es una forma de hablar… ¡Ay, Diosmío, que a mí me va a dar un torozón! -Ya será menos. -¿Menos? ¡Claro! Como Tú te lavaste las manos como el Pilatos el día que me traspasaste los poderes… Pero a Ti te querría yo ver enfrentándote con ese morlaco. -Pendenciera e internacional te encuentro últimamente, diosEsa. ¿Ahora te las traes con los de La Morlaquia[1]? -¡Válgame Dios! Yo no sé si es que ya no entiendes nada, o es que no me quieres entender. -Así que “Válgame-Dios” otra vez. Pero ¿no andabas tú tan poseída de ti misma? ¿A qué viene ahora lo de “Válgame-Dios”? No irás a decirme que necesitas de mis servicios; porque ya sabes lo ocupado que me tiene lo de la huelga divina y… -Oye, Dios, que no es eso. Que es que esta vez yo estoy en verdadero peligro, pero no Te creas que Tú le andas muy lejos. -¿Peligro? ¿Yo en peligro? ¡Vamos, anda! Si los de la Morlaquia son más inocentes que un cubo y a mí me están especialmente reconocidos por no tenerles en cuenta las tontunas de vampiros y esas cosas. -Mira, Dios, que hoy estás más espeso que la goma de los almendros de Bedmar. Que no hablo de los morlacos de la Morlaquia, sino del morlaco de mi tierra; el de Mágina. -Pues hija, si no te explicas… -¡El Garzón! ¡Te hablo del Garzón! -¡Acabáramos! Y ¿qué tripa se le ha roto ahora a tu paisano que te tiene de semejante manera? -¿Qué qué tripa se le ha roto? ¿Le has echado un vistazo al Registro de Entrada de Documentos Celestiales? -No. Ya sabes que estoy excedente y me toca holgar… -¡Allá Tú! Porque esta vez va a por Tu Triunvirato. ¡Vamos, que anda detrás de los pasos al Chaval; y que, en siendo como es de previsible y puñetero internacional este mozuelo de Torres, yo Te aseguro que acaba desenterrándoTe los trapos sucios a Ti, poniendo en un ay al EspirituSanto, desterrando al Chaval, y a mí, como cabeza visible de la humana divinidad, me enchirona antes de que cante el gallo. -¡Venga, diosEsa, no exageres, que el chiquillo no hace más que ser de donde es! -¿De dónde es? Tú no desaprovechas ocasión para vengarTe de lo nuestro, ¿eh? No irás a decirme ahora que los de Mágina somos como somos, y qué-sé-yo, porque hoy estoy de un humor de perros y no Te aguanto indirectas. -¿Indirectas dices? La cosa no puede ser más directa. Porque, vamos a ver: ¿cómo puedes extrañarte de que tu paisano pretenda ser nombrado JusticieroUniversal, cuando tú, mismamente, me viniste con la instancia sellada y llena de pólizas pidiendo “SER DIOS”? ¿O me vas a decir que el puesto que okupas te lo ganaste en unas oposiciones, so alzatronos, regalista…? -No, si yo entiendo que estés resentido; si acabarás llevando razón. Que los Magineros somos una miajilla conspiradores... eso es verdad. Pero es que éste no le tiene ya respeto ni al DiosVerdadero. -Y, según tú, ¿quién dices que dicen los hombres que es el DiosVerdadero? -¡Alto el carro, Dios, que Te veo venir con Tu falta de respeto a los derechos de autor! Porque eso se lo copiasTe al Chaval. O, por lo menos, lo has fusilado, palabra arriba, palabra abajo, del Evangelio de San Marcos, 8,27-33. ¿O Te piensas Tú que porque una se haya enseñado en colegios tan liberales como el de Huérfanos del Magisterio, no se sabe los Evangelios y demás documentación celestial de memorieta? El SamPedro, que como buen Portero está siempre a la escucha, se nos ha acercado sin miramientos a meterse en nuestra conversación: -Y ¿te recuerdas tú, diosEsa, cómo se puso el Chaval conmigo porque le dije que no nos pusiera mal cuerpo contándonos las putadas que le iban a hacer? -¡Vaya lenguaje académico que estáis introduciendo en mi exReino! –Ha soltado el DiosVerdadero sin que yo me molestara en hacerle caso para no darle pie a echarme a mí las culpas de las licencias pétreas. -No, de eso no me acuerdo muy bien, SamPedro. Pero es que tú siempre tienes que dar tu opinión cuando nadie te la pide. -Pues, para que sepáis los dos cómo se las gasta cuando piensa que no lo oís…; me llamó “Satanás” y me dijo que me quitara de su vista porque “mis pensamientos no eran de Dios sino de los hombres”. Como si un hombre pudiera tener pensamientos de Dios… ¡No te digo! -Pues, por lo que veo, -terció el Excedente con retintín-, por ahí abajo cada día hay más hombres dispuestos a ser diOses. -Mira, Dios, déjate de ironías y echa una mano en esto o mi paisano nos hunde el negocio. -Así que, a pesar de tus suficiencias, me sigues necesitando, ¿eh? Pues ya te dije ayer que estoy en huelga y hasta te perdono que seas una diosEsaEsquirola; así es que, o nos sentamos en una mesa a negociar mis obligaciones o no hago más milagros que los que marquen los servicios mínimos. -No, DiosMío, no. No seas cerril. El que te necesitas eres Tú. -¿Yo? Yo tengo suficiente información para hundirle el sombrajo al más seguro. Y tiempo, todo el del cielo... así que Yo… -¡Tú! Tú tendrás mucho tiempo y mucha información; pero ni el tiempo es ya lo que era ni ya a nadie le importa lo que pueda decirse o no decirse, porque tenemos hecho el cuerpo a tantísimo estropicio, que uno más… -¿Y dices que Yo estoy en lengua de la gente? -…Bueno, Tú, o lo que es lo mismo según Tus enseñanzas: el Chaval. -¿Y se puede saber qué pasa con mi Hijo? -Pues eso: que el Garzón ha levantado la liebre. -¡Quien no te conozca, que te compre, diosEsa! Si te entiendo, que me aspen, diosEsa! ¡Perro ladrador…! -¡Que Te dejes de refranes y Te pongas a la tarea, Dios! Que nos están moviendo las nubes del sillón debajo de nuestros pies. -Será tu nube. -¡Las nubes, Dios, las nubes! -¿Y de qué nubes…, digo, de qué liebre hablabas? -Pues de las que más corren: de lo de falsedad en documento divino y esas cosas. -¿Falsedad? -Lo que yo Te diga. Que con ese galimatías de la resurrección, y del abandono de la tumba, y esas cosas tan rarísimas que les dio por escribir a tus Evangelistas, -bien aleccionados por Ti, por supuesto- el Garzón se ha puesto a cavilar, y acaba de cursarNos un comisión rogatoria pidiéndoNos el auxilio judicial para que le remitamOs la partida de nacimiento, la de bautismo y la de defunción del Chaval. -Pues Yo que tú le encomendaría el caso al Kafka, que hace mucho tiempo que no le hinca el diente a ningún pleito y andará sobrado de energías. -Eso es lo que Tú harías. Pero yo me conozco el percal de mi Paisano, y de seguro que se sabe todiquiticos los trucos de nuestro asesor celestial. -Qué me dices de la SantaRita? Lo que Yo te diga que esa deja a tu paisano KO de puro cansancio. -Verás, Dios: la SantaRita sabrá mucho de indultos de maridos condenados y de causas matrimoniales sin remedio, pero de papeleos y falsedades, poquito. Y de arqueología, menos. -¿Arqueología? -Si, PadreNuestro, sí. Que el Garzón anda como un RamónMercader cualquiera repartiendo piolets entre sus seguidores, persiguiendo a sus “compis” los Trostky, y a sus “no-compis”, y hasta parece dispuesto a meterse en excavaciones en plan sabueso por los alrededores de Jerusalén hasta que aparezcan algunos huesos de… ya sabes Tú quién… -¿Excavaciones en Jerusalén? ¡Pues, allá él! Porque ¡con la que está cayendo por allí…! -Sí, pero mientras se le cae y no se le cae encima cualquier muro de esos que andan haciendo unos y otros, a la primera que empitonan es a mí por meterme a ser lo que soy sin serlo y dar la cara como la doy. -¡Amén! -¿Eso quiere decir que no vas a mover un dedo? -Eso quiere decir, diosEsa, que, en cuanto a lo de “cara”, no tengo nada que añadir que tú no hayas dicho; y en lo que atañe a excavaciones sin planos ni permisos municipales, él sabrá. Porque eso debiera ser cuestión privada. Así que yo no me juego los cuartos con otro de Mágina. Ya he tenido bastante contigo. Y a ese morlaco de Torres te lo toreas tú, que para eso habláis la misma jerga. -Luego no me eches en cara que todo se ha consumado. ¡Hágase tu voluntad! -No, hija, no. ¡La suya! ¿Hay venganza más dulce para un Dios que concederles a los hombres aquello que te piden? ¡A ver si vas aprendiendo, so cazurra! -¡Ojú, que retorcidos sois los DiosesVerdaderos, hijo! -¡No te enteras, no te enteras! Yo soy el Padre; y el Hijo es el que tiene que apañarse los papeles que le pide tu paisano. Y tú, con lo cuentista y lo falsificadora que eres, debieras estar ya haciéndole documentación falsa o escribiéndole un buen guión para cuando Lo llame el Garzón a declarar. Que ya sabes cómo se ls gasta con los que no cantan. -Por cierto, SamPedro, -ha dicho volviéndome la espalda sin el menor miramiento- ¿A quién nombró AdministradorCelestial la DiosEsa? Lo digo por lo de la fianza del Chaval. -Si no me equivoco, Dios, a Judas. -¡Lo sabía! ¡Ese no suelta un duro ni que lo ahorque! Si es que esta diosEsa es más burra que los de Mágina que ya es decir… -Sin ofender, o Te miento el segundo mandamiento, eh, Dios. -¡Ay, quién me mandaría a Mí crear semejantes cabras locas y echarlas a pastar en una Sierra tan primorosa como la que les dibujé en aquel tiempo…! -Pero llena de tueras[2], que no se te olvide. -No, si ya se os nota lo bien alimentados que estáis… Gaviola en CasaMora. En un 8 de Junio de 2009 [1] País Europeo de creencias singulares. Ver www.ceev.net/CEEV/fortisesp.pdf [2] Planta amarga y rastrera que crece en abundancia en Sierra Mágina; también llamada por allí pepinitos del diablo.
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