MIS RECITALES
 

 

 

 Me visitaron
 

 

Recital en la Escuela Julián Besteiro

 

MIS RECITALES

 
 

Poemas para un cuadro

 

ESTACIONES ABANDONADAS

 

Ya no hay nadie que pueda descarrilar el tiempo…

 

Como sobre oxidados y rendidos raíles

se deslizan las ruedas del lejano infortunio

hecho a ser resonancia amordazada en siglos

de despojos eternos o recuerdos exánimes:

el soporte colgante de un reloj saqueado,

el sonido inaudible de añejas despedidas

las casas como tumbas del tiempo a cielo abierto,

cristales y maderos jaspeando en el polvo

de precarias baldosas –hogar de lagartijas-.

Y una estufa apagada sin manos que se acerquen

al fuego inexistente del abandono gélido.

 

Hay un vagón de cola olvidado en las vías

que se muere de viejo entre sus soledades

desorientado y yerto cual féretro sin alma,

como si oscuros pájaros lo hubieran desnudado

bajo el sol del Agosto, junto al apeadero,

cegando a picotazos su linternilla púrpura.

 

Un descuido en desuso amordazó el silbido

de viejas madrugadas con viajeros febriles.

La urgencia languidece. La mala yerba avanza

tiñendo los celajes de trenes fantasmales

que son pura memoria;  que ya no pasan nunca.

 

Y un mestizo sosiego, una raza evasiva

acarrea su exilio más allá del encono

guardado para siempre en peregrinos bártulos

olvidados tal vez junto al apeadero.

 

Ya no hay nadie que pueda descarrilar el tiempo…

 

*   *   * 

22/2007

CON VISTAS A LA ESTACIÓN DE ATOCHA

 

Ahora que ya sé hacia dónde vuelven

sus ojos de poniente tus balcones,

y he visto los cristales empañados

en miradas veladas por la espera…

 

Ahora, que te pienso y te presagio

en ese golpeteo de vagones

donde se acaba el tren; y algún recuerdo

sin viejos maleteros que lo empujen…

 

Ahora, que no estamos –nadie está

allí donde se muerden abandonos-

y estamos sin estar entre las cosas

porque las cosas son como traiciones…

 

Ahora que sospecho los raíles

truncados en vía muerta como sueños

rotos de madrugada por la queja

de algún despertador olvidadizo…

 

Ahora, Amigo Mío, en la distancia

comprendo la tristeza de la luna

cuando sube en silencio, como un ángel

el pardo y vertical paisaje urbano.

 

Gaviola

Madrid-Atocha

4/06/2007

 

 

 

 

Mis Poemas

 

17/2009

 

QUISIERA IMAGINAR

 

 

(O el himno de una mujer cobarde)

 

 

Quisiera imaginar que somos inocentes.

Que Sem, Cam y Jafet

ajenos a un diluvio de exterminios

dejaron su semilla

para poblar la Tierra sumergida

en el inmenso abrazo de un poema

escrito sobre un lecho sin decoro

donde libran sus lides los pacíficos.

 

Quisiera imaginar

que cada vez que digo

“Semitas”, “Jafecitas” o “Cammitas”

no estoy justificando

la Torre-de-Babel de la discordia

ni lidiándole a Dios sus paraísos

de la incierta victoria de los muertos.

Sino amando

en todos los idiomas de la tierra

cubierta

en un color de piel indefinible.

 

Yo quisiera saber que las mujeres

estamos en lo cierto.

Que no hay que ser valiente.

Que aquel niño

de los telediarios de la guerra

(cualquier guerra con niños

o cualquier

niño hecho a la guerra)

aquel niño aterrado

que empuña su pavor como un machete

y corre sobre un fango de sus lágrimas

y ve sobrevolar pájaros negros

que regurgitan ciegos intestinos

y talan su carrera justamente

a la altura del muslo y de la hombría,

ese niño, rejón, pánico, odio

que no podrá ser hombre sino tránsito,

exactamente ese (o ninguno)

no tiene ya el deber de ser valiente.

No nació ni vivió para dar vida

a tanta valentía desarrapada.

 

Quisiera imaginar que no es verdad.

Que la mujer que estuvo nueve meses

amasando en su instinto sin nación

la incierta biografía de su sangre

(y engendrando, tal vez, a su verdugo)

no puede ver, ¡oh Dios!, no puede ver

cómo el cántaro fértil de su vientre

estalla

derramando su historia sobre el cieno

regado con la ira de los Justos.

 

Soy mujer.

Y no me da vergüenza

amamantar cobardes,

acunar una daga espantadiza

ir desabasteciendo el arsenal

con raterías nocturnas cautelosas

pregonar deserciones

apostatar del dios de las cruzadas…

 

No hay patria que disculpe tanta injuria

ni éxodo baldío

ni miedo censurable

ni disparo neutral

ni muerte justa.

 

Somos tantas, tantas ya, las mujeres

(aún… quedan algunas que aún no)

pero somos tantas ya las mujeres

que en un grito inaudible

venimos reclamándole a los hombres

¡paridos por nosotras; qué locura!,

que una noche

al menos una noche,

(o algún siglo

o algún “ya-para siempre…”)

confundan los colores de los lábaros

silencien los obuses

repueblen nuestros úteros

de amantes desarmados y cobardes,

impúdicos, enteros como el toro,

intactos y desnudos de panoplias,

desvergonzadamente pávidos.

Valientes

sólo

en lances de jergones expatriados

sobre los que poder amar eternamente

siquiera pueda ser sin causa alguna…

 

No quiero ser valiente. No lo quiero.

 

¡Matadme si es preciso!

Porque yo

amo tanto esta vida tan escasa…

 

Gaviola en CasaMora. En un 19 de Febrero de 2009.

 

  

DOCUMENTACIÓN (Tomada esencialmente de WIKIPEDIA)

Edad media

En la edad media se creyó encontrar en la diversidad humana, un origen similar del que tiene la multiplicidad de lenguas. Haciendo una interpretación bíblica, la humanidad desciende de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, cuyos descendientes se esparcieron por el mundo después de construir la Torre de Babel dando lugar a tres pueblos o razas diferentes:

SEMITAS: El término semita hace referencia a los pueblos citados en la Biblia, descendientes de Sem, hijo primogénito de Noé. En la Biblia, en el Libro del Génesis, se encuentra la narración del diluvio; y en élla está la genealogía en la Tabla de los Pueblos, donde se hace referencia a los semitas. Los antiguos pueblos de habla semítica incluyen a los habitantes de Aram, Asiria, Babilonia, Siria, Canaán, incluidos los hebreos y Fenicia. Las poblaciones actuales que tienen lenguas semíticas incluyen a los árabes, los judíos, los etíopes y los arameos (comunidades del Líbano y norte de Iraq).

El término semita fue propuesto inicialmente para referirse a las lenguas emparentadas con el hebreo por Ludwig Schlözer, en el "Repertorium" de Eichhorn, vol. VIII (Leipzig, 1781). A partir de Eichhorn el término se generalizó y consta en la Enciclopedia Católica que ya en 1807 había sido adoptado como término étnico. Por extensión, semita se empezó a utilizar para designar a los pueblos hablantes de las lenguas semíticas y sus realizaciones culturales.

La famosa teoría de Robert Hooke decía que los semitas cruzaron desde las islas asiáticas por el Océano Pacífico hasta llegar a América, y establecer su población.

Los pueblos de lengua semita estaban constituidos por un conjunto heterogéneo de pueblos y etnias, todos ellos pertenecientes a la antigua familia lingüística semita. La acepción racial de semita es hoy considerada pseudocientífica, y su uso desaconsejado. La relación entre los pueblos semitas se debe exclusivamente a su origen lingüístico y cultural, por lo que el uso de semita se debe circunscribir a estos ámbitos. Es, pues, impropio hablar de "razas" indoeuropeas o de "razas" semitas, sino que debe hablarse de pueblos que hablaron alguna de estas lenguas.