Música de Fondo: Sevillanas de Jaén. Ecos del Rocío

Fondo de Página: Alambrada que separa

WebMaster: [email protected]

 

  Mágicos Pintores en Mágina  

Cosas de Mª Teresa Fuentes

Índices

Historia de un re-Encuentro(Correspondencia entre nosotras)

Su primer correo (en el que se presenta tímidamente)

Mi primera respuesta (en la que me identifico a la manera de Bedmar)

Su contestación (en la que me envía un relato inquietante)

El inquietante relato de Mª Teresa (Donde habla de su sueño premonitorio sobre la muerte de mi padre)

Mi respuesta a su relato y sus taraceos (donde entablamos el diálogo que no tuvimos de pequeñas)

El encuentro en nuestro Pueblo (emociones olvidadas)

El Libro de Mª Teresa: <Al hilo de la conversación>

Un Poema para Mª Teresa (Nostalgias de un jardín abandonado)

Una Dedicatoria suya
Un deseo mío
 
 

 

Ir a Calendario de actividades

 
A Inicio

A Gaviolerias Mis Escritos

A Maginerias   Mi tierra

A Mágicas Gentes de Mágina

Los Pintores

 
 
 
 

Historia
de un re-encuentro
sin alambradas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Imagen de mi abuela, mi madre y mi hermana Conchi entrando en la Iglesia de Bedmar.
Llevábamos el vestido de batista perforada del que hablo en algún relato mío.
 
 

 

Historia de un re-Encuentro
con la Mágica Mª Teresa Fuentes Caballero

 
 

 

Aviso

para quienes lean esto: lo que sigue es una historia llena de ternura, con un algo de lo que fueron diferencias sociales de la infancia y coincidencias actuales cuando estamos ya en la verdadera edad de la inocencia.

Como Ella, la mujer de la que hablo, era y es de la familia del Maestriche, (el maestro que le puso música al himno de nuestro Pueblo), he querido poner una música de fondo especialmente guardada para esta ocasión: las Sevillanas que hablan de cada uno de los Pueblos de nuestra Provincia.

Otros Tiempos en color sepia

 
 

¡Y su Libro!

el que presentó

en la Semana Cultural de Bedmar 2009

     

En Bedmar –ya lo he dicho muchas veces- hay GENTE MÁGICA. No podía ser menos, estando como está este Pueblo mío dentro de la mágica Sierra Mágina.

        Mi personaje de hoy es esta mujer, Mª Teresa Fuentes Caballero, de la que quiero contarles una historia real, sin poner ni quitar por mi parte nada que no pueda ser comprobado. (Bueno: es un decir; algo pondré desde mi vena de cuentista).

        Verán: el 21 de Julio (2009), con motivo de mi participación en la Semana Cultural de Bedmar 2009, recibía en mi correo el siguiente mensaje, en el que enfatizo, en rojo  y con acotaciones, lo esencial a mi modo de ver:

 

Su primer correo

 De: Teresa Fuentes <[email protected]>
Para: SOCORRO <[email protected]>
Enviado: martes, 21 de julio, 2009 14:04:00
Asunto: Una invitación al encuentro entre paisanas

Hola Socorro: 

 

La sorpresa

    Dirás tú, pero ¿quién es esta señora que me escribe...?  Desde luego no nos conocemos, pero me atrevo a escribirte porque los datos que tengo sobre ti me llenan de sorpresa y de admiración. He visto las múltiples entradas que hay en Internet y no puedo situarte; vaya,  que no te recuerdo, a pesar de la cantidad de referencias y fotos a los que he podido acceder. 

 

La coincidencia festiva

      Por el programa de fiestas de Bedmar veo que presentas un libro con un título precioso y que estoy segura va a  gustarme mucho, porque lo que he leído tuyo en internet me encanta. Hace un tiempo, de forma casual, encontré tu página y ya desde entonces me empecé a preguntar quién podrías ser, de qué familia, etc. Tenía verdadera curiosidad e interés por conocerte. ¡Mira por dónde, ahora coincidimos en el mismo programa de actos culturales!

 

Su Historia

     Yo nací en el 51, así que entre nosotras hay siete años de diferencia. Además  emigré a Barcelona con 15 años, en el 66. Por eso quizás no hemos coincidido ni sabemos nada la una de la otra. ¡Hay tantas personas que se fueron de Bedmar y con las que seguramente tenemos cosas en común...!  

 

Su sencillez

   Como habrás observado en el programa que nos ha enviado Micaela,  yo también presento un libro, aunque lo mío no es literatura. Se podría decir que soy historiadora... y algunas cosas más,  difíciles de definir. Tengo varias publicaciones sobre distintas áreas de conocimiento en las que me muevo con más o menos soltura, pero aunque me encanta escribir y me he atrevido con algún pequeño relato, creo que nunca seré capaz de hacer nada bueno en el terreno de la literatura.

 

Su agrado

    Me gustaría que me contestaras y poder encontrarme contigo en Bedmar. Bueno... no es tan fácil encontrar a paisanas tan creativas y bellas... Yo presento el libro el 14 y estaré ahí dos o tres días.  

 

Un abrazo  

TERESA 

  

 

 

Mi primera respuesta
fue tan rápida como mi sorpresa, y escrita al hilo de su mensaje, párrafo a párrafo

 

 

       En un…día de decirte que será un feliz encuentro, seguro

*   *   *

       Y, vayamos a tu mensaje que quiero contestar paso a paso

Hola Socorro: 

 

Intercambios

       Dirás tú, pero ¿quién es esta señora que me escribe...?  No. Nunca digo eso. Lo que suelo decir es pero ¿quién es tan vital que se ocupa de abrir nuevas ventanas...? Desde luego no nos conocemos, pero me atrevo a escribirte porque los datos que tengo sobre ti me llenan de sorpresa y de admiración. ¡Gracias! Mil gracias. Qué hermoso es oír ciertas cosas. He visto las múltiples entradas que hay en Internet y no puedo situarte; vaya,  que no te recuerdo, a pesar de la cantidad de referencias y fotos a los que he podido acceder. ¿No me recuerdas? ¿Y si te dijera que soy "del Barranquillo" o, más concretamente, de la Salina, hija de "La Maruja"? De todas formas, la diferencia de edad entre nosotras, allá por los 60, era importante ¿no?

 

Coincidencias

        Por el programa de fiestas de Bedmar veo que presentas un libro con un título precioso y que estoy segura va a  gustarme mucho, porque lo que he leído tuyo en Internet me encanta. Hace un tiempo, de forma casual, encontré tu página y ya desde entonces me empecé a preguntar quién podrías ser, de qué familia, etc. Tenía verdadera curiosidad e interés por conocerte. ¡Mira por dónde, ahora coincidimos en el mismo programa de actos culturales! ¡Felicísima coincidencia! Ya estoy impaciente por conocer a alguien capaz de cuidar tanto un correo, la puntuación, el lenguaje... Seguro que tienes mucho que enseñarme-.

 

Hablando de otros tiempos

       Yo nací en el 51, así que entre nosotras hay siete años de diferencia. Además  emigré a Barcelona con 15 años, en el 66. Por eso quizás no hemos coincidido ni sabemos nada la una de la otra. ¡Hay tantas personas que se fueron de Bedmar y con las que seguramente tenemos cosas en común...!   ¡Seguro!

 

Hablando de estos tiempos

       Como habrás observado en el programa que nos ha enviado Micaela,  yo también presento un libro, aunque lo mío no es literatura. Se podría decir que soy historiadora... y algunas cosas más,  difíciles de definir. Tengo varias publicaciones sobre distintas áreas de conocimiento en las que me muevo con más o menos soltura, pero aunque me encanta escribir y me he atrevido con algún pequeño relato, creo que nunca seré capaz de hacer nada bueno en el terreno de la literatura. Verás, Teresa: en literatura no se trata de escribir algo bueno, sino de escribir. Deja que sean tus personajes los que se apoderen del texto y guíen el mismo con su propio lenguaje. Pero ¡escribe, por Dios! ¡Es algo tan maravilloso!

 

Hablando del re-encuentro

 Me gustaría que me contestaras y poder encontrarme contigo en Bedmar. Bueno... no es tan fácil encontrar a paisanas tan creativas y bellas... Yo presento el libro el 14 y estaré ahí dos o tres días.   Si el destino nos ha puesto en contacto, confiemos en el destino. Es como los hombres: caprichoso, pero emocionante... Y un poco traidor siempre.

Un abrazo 

Besos 

TERESA 

Soco

 

Su contestación
no se hizo esperar. Aquí la tienen, tal cual...

 

Enviado: jueves, 23 de julio, 2009 11:49:15
Asunto: Reminiscencias...


El Re-conocimiento

Me he dado prisa en responderte, porque te quiero agradecer tu pronta respuesta. Algo sobre tu origen familiar me estaba imaginando, porque las fotos que tienes colgadas en Internet me lo han hecho pensar, pero me confundía la  imagen de la casa donde naciste. Claro, que yo la he conocido con sus actuales dueños, creo que es la casa de Sebastián y Clara, ¿no?

El Barranquillo y su gente: aquella mágica casa de mi infancia

Las fotos del Barranquillo me han retrotraído a mi más tierna infancia y han causado en mí mucha nostalgia. Conocí ese lugar de muy chica, tanto, que no me puedo acordar exactamente. Allí estuvo trabajando y viviendo una tía mía. Se llamaba Mª Francisca y estaba casada con Paco, que era Garciez. Yo he pasado días en aquel lugar, que recuerdo precioso, e incluso tengo alguna imagen de tu abuela..., supongo que era ella... Ya te digo: era yo muy pequeña. 
 

La Gente Mágica de Bedmar

Quizás tú no recuerdes a mi familia, aunque mi madre, de joven parece que tuvo bastante relación con la tuya;  luego, las circunstancias de la vida la alejaron de sus amigos de la juventud. Ella era del "Maestriche", el maestro de música, que siempre hubo en Bedmar. Luego, mi tío Gerónimo siguió con esa tarea y en los últimos años lo habrás visto en las fiestas, dirigiendo a Las Viejas Glorias. Ahora la agrupación musical de Bedmar lleva su nombre: Gerónimo Caballero y él le puso la melodía al himno del pueblo. Mi tía Mª Dolores vivía enfrente de las molineras, cerca de la casa donde naciste. Su marido tenía una barbería y ella era modista. Tenía tres hijas y dos de ellas eran más o menos de tu edad: Blasa, Tere y la pequeña Juanita. En fin, son datos que quizás no te digan nada, porque nuestras vidas en esa época iban por caminos muy diferentes.

 Otra vez la sencillez de Mª Teresa

Mª Socorro: no sé si soy muy atrevida y si te va a molestar el relato que he escrito, pero han venido a mi memoria unas vivencias que tuve en las que, casualmente,  está presente tu historia. Si estoy equivocada, me disculpas y te tomas el relato como algo ficticio, pero me gustaría poder contrastar esos recuerdos con la realidad y la persona más adecuada para sacarme de dudas eres tú.

Un abrazo

TERESA

M. Teresa Fuentes Caballero
Plaza Virgen de la Amargura, nº 1, 1º B
JEREZ
[email protected]
Teléfono: 956…
Móvil: 660…

 

El inquietante Relato de Mª Teresa en la que Mª Teresa narra que tuvo un sueño premonitorio
sobre la trágica muerte de mi padre.
Fue allá por 1959.

 

 

                 ENTRE LA REALIDAD Y EL SUEÑO

Como siempre, el verano era sofocante y el amanecer permitía un respiro a la tórrida noche, en la que no se podía dormir sobre los colchones de lana. Mi padre solía coger una manta, o un colchoncillo de farfolla, y se situaba justo en la entrada de la casa, detrás de la puerta;  era la única forma de poder “pegar ojo”.

Esa mañana, perezosa, y protegida de las prisas cotidianas de mi madre, disfrutaba de las únicas horas frescas del día, desperezándome en mi catre. Abajo, al final de la escalera, había un “camapé” y una mesa camilla, donde transcurrían las conversaciones privadas, y también las “churreterías” cotidianas. No era el único día que me despertaban las voces de la vecina, que había llegado con alguna noticia cierta,  o un “mira lo que dicen”  malintencionado.

Pero aquello que escuchaba me resultaba conocido: un drama. Durante la noche, sin saber cómo, alguien había tenido un fatal accidente en no sé qué lugar de la carretera, llegando al pueblo. Se me heló la sangre. Esa misma noche había tenido un sueño en el que pude ver  clarísimamente ese suceso. Creo recordar que el accidentado se llamaba Don Ángel y era el padre de unas muchachas que vivían en la Salina. Una familia muy conocida, aunque algo distante de la gente corriente del pueblo, ya que pertenecían a esa  clase social que, en aquel tiempo, era muy endogámica.

Yo era una niña curiosa y me fijaba en ellas, cuando aparecían por el pueblo. Eran tres hermanas de aspecto muy diferente, pero que a mí me resultaban muy atractivas. Seguramente era ese misterio  que había en torno a ellas… nada tangible, pero existente para la mayoría de la gente como yo: una niña sin horizontes, cuyo destino parecía escrito para siempre.     

A la mayor, Socorro,  la recuerdo alta, delgada y morena, pero lo más llamativo en ella era su actitud;  daba la sensación de estar de vuelta de todo y de no necesitar aprobación de nadie. Indómita  e independiente, es la mejor definición que encuentro. La segunda era totalmente diferente en el físico: rubia, pelo largo y lacio y de una delgadez extrema: así la recuerdo. Sin embargo, su imagen no daba la misma sensación de seguridad que la de su hermana. Lo  que a mí me sugería era timidez e introversión.  La pequeña creo que era de mi edad y quizás se llamaba ¿Mai…? También tenía el pelo rubio, pero no tan lacio como el de su hermana y  solía llevar una melenita corta y ondulada. A Mai la recuerdo muy  bonita, aunque no puedo asegurar que su imagen fuera tal como la evoco en este momento, lo mismo que la de sus   hermanas. Puede ser que ninguna de ellas, ni siquiera la historia del accidente sea real, quizás el tiempo y la imaginación me estén jugando una mala pasada, pero diría que esta historia es tan real para mí, que nunca he olvidado ese día en que soñé que un hombre, aún joven, padre de tres hijas,  moría en una cuneta, y al despertarme resultó ser una realidad.

 

 

Mi respuesta a su relato
con acotaciones y su respuesta taraceada

 

¡Ah, Teresa! Me devuelves a momentos mágicos. ¡Qué bien! Me preocupaba meter la pata con algo tan íntimo y, me imagino, que doloroso. Pero hoy no quiero hablar de eso, sino de tu faceta de escritora. Esto son palabras mayores He leído -devorado- tu relato que no es tal. Es un inicio de relato, MÁS QUE BUENO. No sabes cómo te agradezco este comentario  Te digo por qué. Has sabido crear un clima, un planteamiento de personajes perfecto. Has despertado -enganchado- la curiosidad del lector. Pero lo has dejado en "coitus interruptus". Lo que quiero decir es que todo relato tiene tres fases: planteamiento, nudo y desenlace.  Tú has "planteado" de forma más que suficiente. ¡Esplendida! GRACIAS Te falta el nudo, en el que tendrás que explicar -con contención-, la razón de tu fascinación por esas niñas "lejanas" que te llamaban la atención. Voy a tener que pensarlo, porque hay cosas conscientes, pero debe haber algo por ahí que ni siquiera yo sé explicar El desenlace lo viviremos en estos días del encuentro en Bedmar. Mucho me temo que tu relato tendrá que esperar aún algún tiempo hasta que pase el agosto. ¡Estoy que no vivo! Esto es muy literario, ¿no crees?  Aún no tengo claro si el relato lo consideras real o pura ficción. Creo, sinceramente, que ha sido un milagro re-conocerte; porque tengo anécdotas de tus tíos, Paco y Mª Francisca,  que te dejarían con la boca abierta. Esto sí que no lo esperaba. Se me han humedecido los ojos,  y no entiendo por qué eso de saber cosas de mi tía, contadas por alguien ajeno a la familia, me ha impresionado. La historia de ella y su familia ha sido muy trágica... quizás es eso.

  Pero, volvamos a tus habilidades de escritora: tienes que seguir. Hay que seguir. Eres una maravilla cuidando textos y planteando situaciones. De verdad que esto es importante para mí. Sobre todo si me lo dice alguien que sabe de lo que habla. ¿Sabes algo de la autoridad femenina...? Me refiero a los textos de las feministas italianas...  Quizás tú pudieras convertirte en eso para mí; esa persona que ejerce un papel de maestra-guía en este terreno de la escritura creativa. Pero... Socorro, cuando leo tus textos y los de otras personas que escriben poesía, siento que me faltan tantas palabras... tanto bagaje... Pero me anima lo que me dices, de verdad...

Una amenaza: o sigues, o ejerzo de la muchachita que tú conociste y te inflo. ¡jajajaja! Esto de "te inflo" me parece lejano, pero muy familiar.

Besos

Soco

Un abrazo para tí

TERESA

*   *   *

       Llegó como un torbellino al Centro Cultural donde se presentaba mi Libro <MÁGINA MÁGICA; Cuchicheos y Patrañas>, y, simplemente, me dijo: soy yo.

        Yo supe inmediatamente que era “Ella”.

        Ella es pequeña, nerviosa, pelirroja (o, como dicen en nuestro Pueblo, “jara”),  y entrañable.

        Hace muchos, demasiados años que Ella emigró con tantos otros que salieron del Pueblo acarreando hambruna y anhelando horizontes menos crueles que los que dejaban a sus espaldas: los helazones de la recogida de la aceituna, la sed interminable en las faenas de siega y barcina de Los Montes, el apedrear cabras por esas trochas de Dios por las que los pastores se perdían con un puña’o de aceitunas y un cacho pan en la capacha como único condumio del día; el acarrear “granillo”, arrancado de los lentiscos a desollejones vivos, para venderlo como pienso de marranillos de CasaBien; el bajar a la Plaza a ver si algún manigero de los grandes cortijos les apalabraba para una jornada de faena de temporada, ajustándoles el jornal a tanto el surco o el haza sembrada; el despellejarse las manos arrancando, cociendo y majando el durísimo esparto de la Serrezuela para convertirlo en guitas, pleitas, capachos, serones, esteras…

        Ella era (y hablo en pasado expresamente) sobrina de la mujer de uno de los muleros del Barranquillo, el cortijo de mi Abuela. Yo era la nieta de la Señora de la Casería.

        Ella nunca supo que aquella tela metálica que separaba mi jardín de su corral era una frontera entre la libertad de Ella y mi encierro para “NiñaBien” que había de aprender antes de tiempo a nadar, disparar, montar a caballo, calcular cosechas, establecer distancias…

        Yo no me siento ahora en deuda con los menos favorecidos. Nacimos y nos criamos como dispusieron los demás, y desecho cualquier sentimiento de culpa que pueda empañar lo poco o mucho que me quede de camino.

        Ella y Yo, ahora, hemos emparejado distancias. Ésa es la grandeza de lo que se nos puede pedir cuentas, porque de eso sí que somos responsables.

        Yo escribo relatos, poemas… Ella escribe libros como el que nos presentó en Bedmar: <Al hilo de la conversación>, en el que habla de “la voz, memoria y vida cotidiana de las mujeres del campo”.

        ¡Benditos sean estos encuentros que rompen viejas fronteras!

*   *   *

 
 

El Libro de Mª Teresa

<AL HILO DE LA CONVERSACIÓN>

 

       Ese Libro es lo que tenía que ser: un encuentro con la vida de las mujeres del campo que Mª Teresa conoció tan bien desde su infancia.

       No pude quedarme a su presentación.

       En casa, a bastantes kilómetros de Bedmar, me esperaban los hijos que no parí yo para decirme un adiós lleno de cariño como si los hubiera parido. Les robé la única semana de vacaciones de que ellos disponían, y era el último día que podíamos vernos.

      Pero traje conmigo la alegría de mi re-encuentro con aquella niña que en nuestra infancia vivía libre al otro lado del jardín que una alambrada separaba de los corrales por los que Ella correteaba sin temor a mancharse un vestido recién almidonado que entonces no tenía...

        Por eso quiero dedicarle este poema nacido de un recuerdo muy lejano:

 

NOSTALGIAS DE UN JARDÍN ABANDONADO

 

Mi Jardín. Sus corrales...

 

Y una valla por  medio que no pudo

negarle a nuestros dedos infantiles

su inevitable y fatal acercamiento

su inmemorial contacto.

 

Mi jardín:

mi cárcel vegetal ceñida al cuerpo

lo mismo que un encierro de gacelas

apenas aprendices de sí mismas

que miran con los ojos muy abiertos

por si la vida vive al otro lado

triscando empalizadas.

 

Sus corrales:

agreste libertad de greda y barro,

marga donde apretaban las hambrunas.

Y una nena muy chica al otro lado

con ojos de gacela redimida…

 

Destierro de alambrada

para nuestras infancias desiguales...

 

Y un Pueblo

que ayer sin saber cómo

fue artesa sin patrón ni manigero,

llanura para todos, vergel de cada boca,

fecundos pedregales de secano 

en los que cultivábamos dompedros,

desocupado patio de vecinos

donde recuperar nuestra inocencia

derribándole al tiempo sus taludes.

 

A Mª Teresa.
La niña del otro lado de la alambrada.

 

*   *   *

 

Una dedicatoria

 
En su libro escribió:

A Socorro; un alma inquieta, con quien nunca hubiese  imaginado que tuviese tantas cosas en común.

Con cariño Teresa.

Bedmar, Agosto 2009

 

   

 

 

Un deseo

 

Permanecer en este -re-encuentro nuestro

Subir a Índices

 

 
 
A Inicio

A Gaviolerias Mis Escritos

A Maginerias   Mi tierra

A Mágicas Gentes de Mágina

Los Pintores