¿…?
SIN
TÍTULO
No quiero recordar el lugar
por un nombre; para mí no lo
tiene.
Es una senda pintada con un
marrón cálido, deslizándose
y perdiéndose en una
frondosidad verde y húmeda.
La miro.
Es la materialización de la
fantasía, una visión que
lleva mi mente a emprender
los más largos viajes.
¿Qué hay al final del
camino?
Me llama y me atrae: ¡tengo
que recorrerla, descubrir su
final, no pararme a
disfrutar un recorrido que
despierta la avidez!
No caigo en la tentación. Me
imagino al final del viaje,
viejo, cansado, decepcionado
por tener delante el vacío
de un destino ya alcanzado.
Me siento a admirar la
senda: el camino recorrido
sólo es un camino.
El que está por recorrer, un
sueño.
Guillem Vaquer Nebot |