Un Abogado Boliviano

Reynaldo Peters Arzabe

 
Mi Colega, el Doctor Reynaldo Peters, me regaló el testimonios Gráfico de su solicitud de Habeas Corpus desde la cárcel de la Dictadura

Porque hoy en Bolivia ese Habeas Corpus es ya un documento histórico, no debe quedar inédito, porque
la libertad es patrimonio de la humanidad

 

...Y porque

el Doctor Peters es un ejemplo de Jurista y de luchador
 desde aquí le rindo mi homenaje y le devuelvo el afecto y la deferencia que tuvo conmigo durante las Jornadas Madrileñas del Foro Iberoamericano con el
Poema THEMIS SOLITARIA
que se integrará, una vez sea editado, en el Poemario Bolivariano

El corazón del Chimborazo
 

     
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

8/2009

A mi Colega Boliviano: el Doctor

Reynaldo Peters Arzabe

que, innecesariamente,

amorosamente,

presentó ante mis ojos un obstinado Habeas Corpus

escrito en papel higiénico

sin saber que yo

jamás mantuve a ningún hombre

entre rejas.

(En la distancia de mis brazos, Sí)

 

 

THEMIS SOLITARIA

 

 Él.

El hombre que llegó desde Bolivia

-tal que si conociera mi pasado-

me aclamó como Temis[1]:

diosEsa[2]; -quizá diosa- de la Ley.

Ley de fuerzas ocultas naturales

que hace ya tantos años encadenan

irremediablemente

las aristas de  solitarios piélagos.

 

Él

el hombre que llegó desde Bolivia

sabe bien del sonido vegetal

y libre

de la insurrecta voz de lo nativo.

 

(-Quizá de soledades. También.

En sus ojos se afligen luces en extinción

y maduran laureles de sienes golpeadas-)

 

Para entonces

-y…, antes que Él, muchos-

demasiados

apóstatas devotos

ya me habían ahuyentado de sus mórbidos lechos

indómitos, plebeyos y fragantes,

con cultos fervorosos. -Dulces adoradores,

lejanos, como un rezo comunal,

a las voracidades de mis brazos-.

 

¡Habían sido ya tantos los herejes…!

 

Hombres que me excluyeron a fuerza de endiosarme.

Que me alzaron con preces huidizas

sobre el trémulo eco

de aquella codiciosa humanidad

desabrigada –mía-

que nadie parecía –deseaba-

 ver

ni tocar

ni acariciar, ni oír… Por si las iras

de renegados dioses

proscritos para siempre de mi piel

venían a reclamar

lo que nunca…

¡Nunca!

Nunca sería eternamente suyo.

 

(Los hombres aún no saben

-¡pobres hombres!-

que ninguna mujer quiere ser diosa.

Posiblemente putas, sí. Siquiera sea

para lidiarle

a las sagradas putas lo que es nuestro.

Pero eso es

algo que está mal visto

en cualquier paraíso artificial de “a-tanto-el-kilo”).

 

El hombre que llegó desde Bolivia

se apercibió –quizá- de mi tristeza

envuelta en celofanes recargados

como caramelitos de farmacia

condenados a muerte,

penados a licuarse entre los labios

de niños satisfechos que escupen la dulzura...

 

Él:

el hombre que llegó desde Bolivia

se condolió de mi orfandad de diosa

y me rebautizó.

Me dijo:

Hermana,

ahora que me acuerdo,

hace ya muchos siglos

que dibujé tu nombre –Libertad-

en un papel higiénico.

 

Lo juro. Me llamó ¡Hermana!

Él

como un libertador bolivariano

me redimió

del pecado de haber sido diosEsa

sin quererlo.

 

Y descendí

sujeta por su indígena destreza

 a una tierra feraz de impenitentes

en la que las deidades aún copulan

con la más licenciosa cercanía

mortal

como si aún pudieran tener cuerpo

amante.

 

Como cualquier ser humano arrepentido

de no serlo.

 

 

Gaviola en CasaMora. En un 24 de Enero de 2009.


 

[1] Θεμις Themis: significa Ley de la Naturaleza. diosa de la Justicia en Grecia.

[2] Me refiero a mi Libro <SER DIOS>