Como si en ello
pusiéramos nuestro mejor latido...
Habremos de hacerlo con datos
concretos, con hechos demostrables irrebatibles.
La gente debe saber quién es quién.
Debe
convertirse en un Tribunal sin apelación.
Sin entrada a la hueca
palabrería, al rito disuasorio.
O a las cautelas de lo "conveniente".
Pero sin acoger
ni por un minuto
la baladronada del primer matoncito de barrio
que se redime de su propia ignorancia mediante el
barullo pandillero.
Ésta es una tribuna que no por
humilde será menos eficaz
frente al poder de los más fuertes.
Quién tenga algo que denunciar puede escribirme,
adjuntando fotocopia (escaneada) de su NIF, a:
[email protected]
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