GERUNDIO
Es una forma
invariable del verbo que NO indica ni el tiempo en
que transcurre la acción (presente, pasado o futuro), ni
número (singular o plural), ni el género (masculino o
femenino). Y su uso correcto (según tendencias gramaticales a las
que me apunto) sería cuando se refiera a una palabra cuyo
caso o función dentro de la oración sea el de sujeto
o el de complemento directo.
“Los niños (sujeto)
estaban saliendo (los niños) a la calle”
“Estábamos dándole caramelos (complemento directo)
a los niños”
En términos generales, el gerundio, incorrectamente utilizado,
induce ambigüedad. Precisamente, es esa ambigüedad lo que hace
poco recomendable su uso en literatura por la falta de precisión y
claridad que puede devaluar un escrito. Lo que no quiere decir que
su uso esté en entredicho en aquellos casos en que el significado
de la frase sea inconfundible.
Un primer
acercamiento a su correcto uso lo encontramos en su referencia al
caso: el uso del gerundio será correcto cuando el
sujeto de dicho gerundio sea el complemento directo del verbo
principal; (caso acusativo).
P.e.: vimos a los niños caminando por la calle
-sujeto: Nosotros
(elidido)
-verbo: vimos
-complemento directo: los
niños (que son sujeto de la acción de caminar o de “caminando”)
Sin embargo, una
sola coma puede cambiar el significado de la anterior oración.
Si, en lugar de decir “vimos a los niños caminando por la calle”,
(en que lo que decimos es que vimos a los niños cuando ELLOS
caminaban por la calle) decimos: “vimos a los niños,
caminando por la calle”, lo que estamos
diciendo es que “vimos a los niños cuando NOSOTROS caminábamos por
la calle. Por eso, sería preferible
utilizar el gerundio cuando indique acción de simultaneidad y no
acción de posterioridad.
Será correcto
decir: “vimos a los niños cerrando la puerta”; es decir: en
el mismo momento en que cerraban la puerta. Pero sería más
impreciso decir: “salieron cerrando la puerta” porque ese
“cerrando” se refiere a una acción posterior –y no simultanea- a
la de “salir” que, evidentemente, tiene que producirse antes de
“cerrar”.
Por la misma
razón de imposibilidad de coincidencia temporal de la acción, -y
para evitar un lenguaje innecesariamente complejo-, no sería
correcto utilizar el gerundio como auxiliar del verbo principal:
“estoy hablándote para que me entiendas” en lugar de “te
hablo para que me entiendas”. No obstante, se viene admitiendo
por los Académicos la utilización del gerundio como auxiliar del
verbo cuando se refiere a una acción repetitiva: “llevamos
tiempo diciéndole…”.
El gerundio debe usarse siempre con carácter
explicativo, y nunca con carácter especificativo.
BIEN: “Te envío un paquete conteniendo libros”
MAL: “Te envío un libro hablando de árboles, flores, huertos…”
Debe evitarse la
utilización del gerundio en las oraciones de relativo:
MAL: “Estudio las normas civiles regulando el matrimonio”
BIEN: “Estudio las normas civiles que regulan el matrimonio”.
En definitiva, y
como norma literaria general: el gerundio, cuando no induce a
error, puede dar un juego literario ciertamente interesante:
“Íbamos saliendo poco a poco
de aquella situación agobiante”
Pero, si el discurso
se distorsiona por el uso del gerundio, mejor será sustituirlo por
formas más comprensibles:
“Salimos ilusionados porque vinieron unos amigos dirigiéndonos a
la feria”
…ese “dirigiéndonos” es confuso
porque no indica claramente si es que nosotros nos dirigíamos o
eran los amigos los que nos dirigían, o éramos todos los que nos
dirigimos…
Y, para
terminar: tanto el gerundio como las esdrújulas tienen una fuerte
resonancia, así que, en poesía, debe tenerse en cuenta su
uso consciente para dar mayor o menor “intensidad” fónica a lo que
queremos escribir.
NOTA FINAL: En
definitiva, son apreciaciones muy personales, que siempre
encontrarán a alguien que las contradiga. Así que, ¡a escribir,
aunque sea todo en gerundio.
Gaviola |