3/2010
¿ACTO FALLIDO O IGNORANCIA VERBAL?
(Gramatiquería)
Tilda la prensa de “acto fallido” lo
que dijo ayer JOSÉ ANTONIO GRIÑÁN
(Presidente de la Junta de
Andalucía, del Partido Socialista
por más señas) cuando, en sesión
parlamentaria, y refiriéndose a JOSÉ
LUÍS RODRÍGUEZ ZAPATERO (Presidente
del Gobierno Español, del Partido
Socialista por más señas), le espetó
a JAVIER ARENAS (líder del Partido
Popular en Andalucía por más señas):
Que Zapatero sea malo
no
les
convierte a ustedes
en buenos.
(Por
cierto: ¿he visto un leísmo ahí
arriba o es una ilusión óptica?)
Para poder
ponerse en situación, justo es decir
que el Presidente Zapatero, según
las malas lenguas, no pasa por su
mejor momento de credibilidad
política ni siquiera entre sus
propios acólitos. Y bien que lo
aprovechó ayer el ínclito ARENAS con
esa diligencia que tiene el muy
resabiado para pillarlas al vuelo
con su peor mala leche de político
de colmillo retorcido.
Pero, -y volviendo al Sr. Presidente
del Gobierno, también conocido por
“Bambi”- que como estadista no
parece que sea precisamente un
pimpollo, aunque le guste a él
hablar de pimpollerías y “brotes
nuevos”,
e incluso él mismo sea un pimpollo
sin polinizar, porque, en cuestiones
de edad –cronológica; no mental,
aclaro para los maledicentes- es
apenas un capullo aún por abrir.
La frase de marras tiene su miga. Lo
que afirma sin ambages el “compi
pesoeista”, según la prensa, es que
el Presidente del Gobierno Español
“es malo” donde los haya,
y que, aunque no quisiera
haberlo dicho, al pobretico
mío se le escapó lo que pensaba y no
pudo evitar soltarlo porque le
estaba bullendo dentro.
A eso es a lo que la gente corriente
y de andar por casa lo llamamos
“meter la pata”, y el personal
instruido en los saberes del
inconsciente le llaman lapsus
liguae; o “acto fallido”, como
se viene escribiendo por los
periodistas que saben tantísimo,
para evitar disiparse en latinajos
en los que las generaciones modernas
no han perdido su precioso tiempo
gracias a los últimos y sonoros
planes de estudios que han librado a
nuestros estudiantes actuales del
martirio de las lenguas muertas, por
muertas y por ¿inservibles?
No debiera yo poner en duda a tan
doctos comunicadores, pero una es
cerril, rústica y de pueblo, y se me
ha metido en la mollera, que de
“acto fallido”, de traición del
inconsciente, ¡Nada de nada! Que lo
que de verdad hay en la verborrea
del Presidente de la Junta de
Andalucía es un desconocimiento
proverbial de los tiempos verbales,
de las oraciones complejas
condicionales y, en definitiva, del
latín más vulgar que pudiera
estudiarse, para no caer en
vulgaridades.
Porque, ¡vamos a ver! Supongamos que
el locuaz GRIÑÁN, en lugar de haber
empleado el verbo “ser” en
presente de subjuntivo (que es
un tiempo desiderativo/concesivo
donde los haya), hubiera o hubiese
de haber utilizado (¡toma ya alarde
perifrástico pluscuamperfecto!) el
pretérito imperfecto de
subjuntivo, que, junto con el
transpositor “aunque”, introduce
oraciones
condicionales…que no afirman nada y
más bien ponen en duda lo evidente.
Veamos la diferencia.
Lo que dijo GRIÑÁN fue:
Que Zapatero
sea
malo no
les
convierte a ustedes en buenos.
(¡Ay señor, que sigo viendo un
leísmo!)
¿Ven? A tenor del tiempo
verbal que utiliza, afirma
que ES malo.
Lo que una servidora se barrunta que
quería decir es:
Que (aunque)
Zapatero
fuera
malo (que
no lo es -se sobreentiende en este
tiempo verbal-) [eso]
no
les
convierte a ustedes
en buenos.
¿Ven otra vez? ¿A que
la cosa cambia?
Y, ¿a que visto así, y
siendo mi GRIÑÁN del plan de
estudios que se le supone -por lo
verde que es como “brote”-, no
pueden sino pensar ustedes conmigo
que la cosa radica en la ignorancia
del tiempo verbal utilizado y su
efecto devastador?
Que soy una malpensada y una
cazurra, lo sé; pero no puedo
evitarlo. Es mi vergonzante (que no
vergonzosa) venganza frente al mundo
por haberme obligado las monjitas de
mi internado a aprenderme lo del
ablativo absoluto, la voz
perifrástica y las cinco
declinaciones, incluidos los
adjetivos de tres terminaciones y
otras lindezas por el estilo que
ahora no me dejan vivir sin meterle
mano a las GRAMATIQUERÍAS.
En cuanto a los Griñanes y
los suyos, ya saben: los del
capuYo actual no son sino
tiernos brotes verdes, nuevos
capullos sin abrir, aunque, con el
tiempo y dos o tres lapsus
por el estilo, es posible que acaben
en rosas bien abiertas con su
espinita clavada en el corazón de la
Enciclopedia Álvarez.
Así que no me hablen de “actos
fallidos”.
¿Hace?
Gaviola en Marineda. En un 28 de
Mayo de 2010.
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